lunes, 2 de noviembre de 2009

Punto –aparte-


Siempre hay un punto límite en la cuerda

cortante. Un punto tirante. Punto aparte.
Y están los excesos, los procesos.
Los esos que se sueltan en contexto.
Mecanismos de acción o tracción
en la atracción pura del cortejo.
Siempre hay un guión del deseo.

Barroquismos provocantes. Aireantes.
Palabras fornidas de formas
seguidas de tanto coraje. Talantes.
Silencios que captan el fuego
que arde en la frente de hierro,
por dentro. Por Cerebro. Pensamiento.
Por un preparado de juego selecto.

Boca que quiere entrarte.
Sacarte del cuerpo pidiente
y buscar fieras salvajes.
Quizás con ropajes, o sin,
no importa el romance.
Aquí solo hay trance. Diluvios,
palabrería asonante.
¡Qué traición de lenguaje sin arte!

Siempre, siempre hay un punto fatal
de alto voltaje. Pero al final todo
queda sin terminar. Las Palabras son así.
La herramienta más excitante,
y sin duda, la peor amante.


Copyright©Marina Navas/ Todos los derechos reservados.

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