viernes, 18 de diciembre de 2009

Reducirme al olvido


Podría encarecer el alma,
reducir los costes de un suspiro,
probar a cambiar el precio
del dolor que no acaba conmigo.

Podría pedir limosna
como escritor que no guarda latidos,
morirme del frío más fuerte
de no tenerte conmigo.

Podría dejarlo todo gratis,
abolir mi casa de palabras, de albedrío ,
pero si tú, vagabundo
del mundo, pasas de largo
sin leer mis suspiros,
no quiero vivir ni una vida,
no quiero escribir ni una estrofa.

No quiero ser un escritor que escribe.
Para no ser leído.


Copyright©Marina Navas/ Todos los derechos reservados.

jueves, 17 de diciembre de 2009

Gana el último

Creíamos que se quedaría en manga corta,
en rebeca, en camisa o en fino jersey.
Quizás que tuviera algún espasmo,
esos de soplarle a uno en la cara
y quedarse atontado.

Creíamos que se quedaría así,
que no cambiaría. Y ya estábamos hartos.
Pero entonces despistó un poco,
pegó un par de golpes blancos al cristal,
tuvimos que echarnos otra manta,
y de repente, ahí estaba, Diciembre.
El frío y la nieve explotó.
Por eso dicen los sabios refranes
que el que ríe el último,
ríe el mejor.


Copyright©Marina Navas/ Todos los derechos reservados.

lunes, 14 de diciembre de 2009

Puede ser tantas cosas


Escribir puede ser tan difícil
que pierdes la fuerza por las palabras
como si se saliesen por la boca,
como si se muriesen al vomitarlas.

Escribir puede ser tantas cosas,
que me pierdo al contártelas...


Copyright©Marina Navas/ Todos los derechos reservados. 

VII

La soledad del escritor
es la mejor herramienta que tiene
para escribir, una noche más,
que no soporta vivir.


Copyright©Marina Navas/ Todos los derechos reservados. 

Hoy no

Podías decirlo todo.
Y hoy, sin embargo, callas.

Podías jurar cualquier cosa,
y hoy no sabes pensar en nada.

Podías pronunciar cualquier palabra.
Hoy no. 

Hoy no sabes hacer nada. 


Copyright©Marina Navas/ Todos los derechos reservados.

Solo horas

Por un momento creí que podía hacerlo,
pero hay cosas que es mejor no repetir,
momentos que mejor no vivir,
y soledades que deben vivirse a solas,
en compañía de la coraza no vencida.

Puedo pensar lo que quiera,
pero la realidad es para quien
tiene los ojos abiertos
y es capaz de ver
lo que las entrañas no quieren ver.

Puedo acallar el llanto, porque
ya soy vieja. Porque tengo años
de dolor, puedo engañarlo todo.
Y porque empiezo a darme cuenta
de que las espinas empiezan
a hincarse solas.

“No existe el amor”,
solo horas cubiertas
de palabras y gestos.
Nada más que horas.


Copyright©Marina Navas/ Todos los derechos reservados.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Cosas que no pueden explicarse

Hay cosas que desde el alma no pueden explicarse.
Solo un nombre, unos ojos, un corazón,
y un silencio que deja de ser silencio,
son las formas de explicarlo todo
sin tener que decirle a nadie
la de cosas que tienes dentro,
la de cosas que estás viviendo.

 
Copyright©Marina Navas/ Todos los derechos reservados.