viernes, 13 de noviembre de 2009

Nuestro mundo

Tengo un puñado de astillas
hincando el cielo:
entran, abren, escuecen,
son palabras. Muerte.

Tengo tu nombre escarbando,
saca tierra, saca mares;
fulmina todo estanque,
esquiva todo trance.

Y entra muy fuerte, tenso,
en puñado de astillas,
como dije en primer verso,
y te desfigura el molde,
te descoloca el acento.

Que por Muerte no ataúdes,
sino profundidad
de entenderse entendimiento,
y tú desquicias los dolores
y hendiduras humanas
como diestro de las torturas
en cortejar sentimientos.

Eres libertino de todo siglo
y anarquista de mis momentos.
Me desguazas por trazos.
Me "circunloquias" el verbo.

Poesía lleva nombre de Dios
en tu lenguaje y dialecto.
Poesía es mi intención
de rendirte Amor,
para que cambies conceptos
por pasión de preceptos.

A desbaratarte despacio,
a jugar con palabras,
a destrozarte en mi pecho,
a figurarte lenguajes
que solo tú y yo sabemos,
vengo en corcel de estrellas
y letanías de fuego
a recluirte en mi alma,
para llevarte conmigo
a nuestro mundo de versos.
Tan mío. Tan lejos.


Copyright©Marina Navas/ Todos los derechos reservados.

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