martes, 3 de noviembre de 2009

El despertar


Yo estoy velando, y salgo, pálida, prodigiosa,

húmeda toda de estas lágrimas no vertidas,
de una ausencia de líneas, de una mortal mecida
por sí sola…Y rompiendo una tumba serena,
me reclino intranquila, y no obstante cual reina,
¡viendo como el más mínimo gesto de mis visiones,
consulta mi soberbia, entre el ojo y la noche!


La joven Parca, PAUL VALÉRY(1831-1939)


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¿Quién mata ahí? ¿Quién corta mi cama
en partes de cera hirviendo con la vela
apagada? ¿Mato yo con la pena?
¿Quién arde ahí? ¡Sal, destructiva, sal!
Sal y quítame el pecho para dormir
esta noche como manda mi empeño.
Tengo los ojos abiertos a la conciencia
del dolor pendenciero, espetando el alma
con el filo del colmillo sudando a duelo.
¡Lágrimas! Llorad si no queda consuelo,
el buitre acecha temprano en la hora
del miedo. Busca la carne, trepa agonías
y jura promesa de chupar sangre al gemir
del aliento. Tengo de angustia heridas.
¿Qué es este mal que me quita sábanas?
¿Qué es esta hora que se augura en derrota?
¿Qué son esos pasos afilados de látigos?
¡No acuchilles, conciencia! ¡Vete al infierno
o me voy yo.¿Por qué te llamaste conciencia?
¿Por qué me desnudas más cerca? ¡Sierpe!
Ya tomas mi vientre y me raspas la entraña,
ya soy tu cuerpo, tu sombra, mi cruz y mi zarpa.
¿Quién golpea así el alma? ¿Quién llama?
¿Es la Tumba que mata o Tú que me Amas?


Copyright©Marina Navas/ Todos los derechos reservados.

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