jueves, 5 de noviembre de 2009

Casi muero


Casi muero al mirarte.

Hoy, a las 8 de la tarde, en la sombra,
en el callejón, en tus manos, en tus ojos.
En un beso maldito y despiadado
que supo arrancarme los nudos
de la garganta. En una mirada
descarnada, que pudo haberme
llevado al otro mundo y haberme
traído de vuelta. Casi muero por ti.

En el segundo más consciente
de tus ojos, en la parada más perfecta
de un silencio, del corazón contraído
en el pecho, y en la debilidad más
perdida del deseo,
abro las páginas de mis momentos
para grabar tu nombre
y meterte en el paso del tiempo.

Casi muero, casi muero.
En la fracción más loca del destino,
pido perdón a quemazón de un trago.
Por querer alejarte sin haberte tenido,
por desearte desconocido sin haberte sentido.

Por haberte rechazado cuando ya eras mío.


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