Olvidarme, contenerme.
Oírme el interior cuando callo,
buscar la soledad en el tiempo
libre que le queda al alma.
De esperar cita con el destino
guardo paciencia y me quedo
sentada sumida en el limbo.
Resignarse o morir.
Contratar las neuronas
de la vida para pagar los suspiros
del tiempo que no existe
en amarse uno mismo.
Paciencia o resignación.
Son las claves de mi tiempo
no encontrado, -por decir algo,
tiempo perdido-, en buscar
las excusas ciertas
de lo que no digo con razón.
Quiero encontrarme cada noche
para escribir. Las palabras siguen
estando cargadas, pero mi lugar
sigue estando vacío. Y el cuerpo
me pesa tanto, a estas alturas,
que no puedo vivir.
Copyright©Marina Navas/ Todos los derechos reservados.
jueves, 28 de octubre de 2010
miércoles, 13 de octubre de 2010
Se me ha olvidado
Se me ha olvidado pegar la boca al silencio.
Callar, doler. Se me ha olvidado entender.
Recurrir a Poe, caminar más lejos,
correr la tinta, pensar en oscuro.
Ahora quiero morder las sábanas por no llorar
y echarme a correr.
Octubre me viene de golpe y Noviembre
me va a enloquecer. La marca de frío
que llevo en la frente cuenta que no hay
otro tiempo para volver otra vez.
Dónde, pregunto yo. ¿Dónde está
la parte que más me altera, el sudor que
me cubre las venas y el buitre nocturno
que pregona mis veladas a la luz del farol?
Hoy, a la hora temprana, me escondí
en tus palabras, en el frío y la mugre
del alma, y pude encontrarme de nuevo
a la misma hora que ayer.
Copyright©Marina Navas/ Todos los derechos reservados.
Callar, doler. Se me ha olvidado entender.
Recurrir a Poe, caminar más lejos,
correr la tinta, pensar en oscuro.
Ahora quiero morder las sábanas por no llorar
y echarme a correr.
Octubre me viene de golpe y Noviembre
me va a enloquecer. La marca de frío
que llevo en la frente cuenta que no hay
otro tiempo para volver otra vez.
Dónde, pregunto yo. ¿Dónde está
la parte que más me altera, el sudor que
me cubre las venas y el buitre nocturno
que pregona mis veladas a la luz del farol?
Hoy, a la hora temprana, me escondí
en tus palabras, en el frío y la mugre
del alma, y pude encontrarme de nuevo
a la misma hora que ayer.
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