Se me ha olvidado pegar la boca al silencio.
Callar, doler. Se me ha olvidado entender.
Recurrir a Poe, caminar más lejos,
correr la tinta, pensar en oscuro.
Ahora quiero morder las sábanas por no llorar
y echarme a correr.
Octubre me viene de golpe y Noviembre
me va a enloquecer. La marca de frío
que llevo en la frente cuenta que no hay
otro tiempo para volver otra vez.
Dónde, pregunto yo. ¿Dónde está
la parte que más me altera, el sudor que
me cubre las venas y el buitre nocturno
que pregona mis veladas a la luz del farol?
Hoy, a la hora temprana, me escondí
en tus palabras, en el frío y la mugre
del alma, y pude encontrarme de nuevo
a la misma hora que ayer.
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El otoño también es una estación romántica, aunque siempre tenga el sanbenito de triste. Nunca debemos recurrir a Poe más que para el deleite.
ResponderEliminar¿Donde está las palabras derramandose sobre el papel? Aflorando de nuevo, en invierno, incluso así, de esta manera...
ResponderEliminarSiempre son bienvenidas, siempre que vienen de tu parte.
Que agradable es empezar el día leyendote una vez más.
Es un regalo haberte conocido y poder disfrutar del placer de la poesía en el abrir y cerrar de ojos de descanso entre la preocupación del rigor científico. Ana
ResponderEliminarLa primera estrofa me parece sublime. Hoy esas palabras están escritas para mí. Pero por más que he mordido la sábana, las lágrimas no han tenido piedad.
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