Ni a la suela del talón,
donde crece el genio gigante y alborota
el despotricado semblante.
Ni al extremo del timón,
donde manejas la parte frontal
del ingenio más flamante.
No me llegas ni a la parte,
ni al todo, ni a la quinta medida del arte.
Tengo el principio muy claro
y tú de humildad vas de lado.
Ni por dentro, ni por fuera,
ni por ningún punto de la esfera,
no me llegas ni a las tetas.
Tengo el corazón en el suelo,
por si lo tiras, y la razón en el pecho
por si piensas dejarla dormida.
No tienes ni para empezar.
Para poderme ganar
tienes que haberte herido,
estar más muerto que vivo,
y ver al dolor pasar.
Copyright©Marina Navas/ Todos los derechos reservados.
Los pelos de punta.... ¿realmente eres tan fuerte o es sólo una fachada para ahuyentar a los coyotes?
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