Por un momento creí que podía hacerlo,
pero hay cosas que es mejor no repetir,
momentos que mejor no vivir,
y soledades que deben vivirse a solas,
en compañía de la coraza no vencida.
Puedo pensar lo que quiera,
pero la realidad es para quien
tiene los ojos abiertos
y es capaz de ver
lo que las entrañas no quieren ver.
Puedo acallar el llanto, porque
ya soy vieja. Porque tengo años
de dolor, puedo engañarlo todo.
Y porque empiezo a darme cuenta
de que las espinas empiezan
a hincarse solas.
“No existe el amor”,
solo horas cubiertas
de palabras y gestos.
Nada más que horas.
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